Desde el abrigo de la medianoche
Cruzando ásperas lagunas de dolor
Rodeando templanzas indiscretas
Susurrando el camino del adiós.
No descubro miradas sinuosas
De entre las olas del mar un cañón
Que atormenta las vigilias de los sueños
Desesperado por la flor de una pasión
Embriagado es el estado del olvido
Que no sugiere si no recuerdos de dolor
Estrepitosa llama del cariño
No existe un perfume que adormezca el corazón.
Ningún horror detiene el desatino
Tu sola esencia me hace recordar
Que no hay distancias que resista el enemigo
En tu presencia se encuentra la verdad.
Dulces palabras que olvidan lo descrito
Amor en vano intento conservar
Pues no hay paciencia sin encontrar derribos
Los humillados ya no mirarán atrás.
Y entre lamentos se aferran los destinos
Con sus corazas de odios y ansiedad
La paz estuvo muy cerca del abismo
Y se ha perdido entre la estrella Eternidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Qué precioso este poema,David! .Escribes con mucho sentimiento.
ResponderEliminar¡Felicidades,amigo!.
Un placer leerte, David, un abrazo!
ResponderEliminarMuy bonita, en esta no utilizas la rima, y la verdad es que me gustan mas así, porque dejas intuir mejor el sentimiento que plasmas en ella. un besito tio
ResponderEliminarExcelente, mucho sentimiento. Felicidades.
ResponderEliminarVisitame en Antirrima.blogspot.com